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Tan puro desciendes en mí,
tú, nieve cayendo,
mi pecho, la tierra
y tú, derritiendo.
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David Fernández del Álamo
28.01.2024
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Tan puro desciendes en mí,
tú, nieve cayendo,
mi pecho, la tierra
y tú, derritiendo.
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David Fernández del Álamo
28.01.2024
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Idílicos son tus ojos
cruzando bajo mi frente,
sabiéndose fuertes aguardan
hacer ese daño indeleble.
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David Fernández del Álamo
28.01.2024
Señor, no soy digno
que abras las mañanas,
ni siendo las suyas umbrosas
y su piel agriete en ganas.
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Señor, hay alguien en la plaza,
que quiere y no dice nada,
sus ojos habitan lejos
y su alma te abraza.
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Señor, no castigues al herrero,
por fabricar un clarín de plata,
hacía poesía con el viento,
calmaba esa alma amarga.
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Señor, deja camine holgado
y escale por la montaña,
desafíe «a verso pulmón»
el nubarrón que nos empaña.
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Señor, permítale al herrero,
le ruego, deje lo de las armas,
a veces lo veo ungido,
su rostro bañado en plata…
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David Fernández del Álamo
27.01.2024
Una vez me pidió
una señora de edad,
buscarle en sus ojos qué día
murió su credulidad.
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Viajamos juntos en tren
antiguo que olía muy mal,
sacó de su bolso un cuaderno
y yo decidí mirar:
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<…El silencio es como el mar,
en toda su inmensidad,
porque cuando «es», ahoga
la eterna verdad…>
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Sus manos como de ave
buscándose liberar
mis ojos faltos de calma
quisiéronla calmar.
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Llegamos al destino
y no quiso bajar,
pidió: bájate joven,
pues tengo con quién hablar.
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Su boca flotaba en esfera
de amable reposar,
sus ojos habían parido
por fin esa gran verdad…
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David Fernández del Álamo
21.01.2024
m
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En la Plaza de las Mercedes
quisiera yo proceder,
¡sean bienvenidos ustedes
guste o no mi parecer!.
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Ensayé por meses la Traviata,
mas tuve miedo a perder,
estúpidos sus oídos, pues no
han mi talento merecer.
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Formé mi voz en escuelas
viendo mis bienes caer,
creíme Jilguero del Pueblo..
¡Silencio, ha mi voz prevalecer!.
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Perdonen vuestras mercedes,
no quisiera desmerecer,
mas sus voces viéronse esfumar,
por mi glorioso resplandecer.
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¿Pudieran caminar a mi vera,
otorgándoles yo el placer
cargar mi hermosa armadura,
¡ay escuderos de «a pie»!.
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El camino será largo
mas prometo complacer
y si aguantan en mi sombra
«Yo les dejaré ser».
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Bondad de Caballero,
«Noble, Cantor y fiel»,
¡no fallen sus mercedes
a quién les permitió ser!.
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Dénme la luz de sus ojos
cuándo no pueda ver,
mas vivan ustedes a oscuras,
no vaya yo_me a caer.
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De este castillo tan alto,
donde no les puedo ver,
a veces concedo deseos,
a veces «los dejo ser».
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¡No fallen nunca a su Noble
Cantor, Caballero y fiel,
salvéles yo del ostracismo
y permití pudieran ser!.
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Atril y armadura pesada
¿Quién si no las va a sostener?,
mi fiel y amado Escudero,
Yo te protegeré.
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6.01.2024
David Fernandez del Álamo