Esperando todavía,
tu candor me desanime,
la rabia del olvido
y tus ojos me lastimen.
Para yo saber sin miedo
que algo está sucediendo,
que un alma reposa en otra,
vida, agua, lágrima cayendo..
Mírame a los ojos y píntame,
porque será la última vez,
mi alma correrá inmersa a descubrir,
y la tuya, cuando acabes de sufrir.
Cuando acabes se abrirán
sendas en la selva para ti,
verás unos ojos con verdad,
gritándote: ven, ven a mí…
Ven a mí que yo no temo,
ni siquiera el olor del fuego,
no temo siquiera el tiempo,
agrediéndole a mi cuerpo.
Solo temo no ser verdad
del sentir de lo que siento,
temo con lágrimas regar
tierras que no me quisieron.
Prometo, pues, subirme al barco,
reposar….temi alma
y quemarme en el fuego
y bañarme con el agua..
4.11.2018
David Fernández del Álamo